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Pues no necesariamente. Aunque sea difícil de asimilar, ya habita en el planeta tierra una generación de personas adultas que no recuerdan el mundo antes de las redes sociales, del teléfono inteligente y de internet. Para ellos es normal decidir qué comprar, sólo con ver una publicación de un amigo o un influencer en Instagram o TikTok. Tocan el botón de ´comprar´ y en cuestión de horas reciben sus nuevos zapatos, accesorios o prendas de vestir en la puerta de su casa. Prefieren correr el riesgo de equivocarse en la talla o el color, y está bien, es normal. Pueden cambiarlo fácilmente.
Son estos nuevos consumidores los que empiezan a modificar la manera en que los comercios ofrecen sus servicios y, por ende, la forma de comprar y vender. Los clientes de hoy valoran las tiendas online flexibles y transparentes, las facilitan la experiencia del cliente y hablan su mismo lenguaje.
Según un informe de la Vicepresidencia de Estrategia Internacional e Innovación de ProColombia, las ventas por medio de comercio electrónico crecieron un 28% en el último año, y se espera que la tendencia positiva se mantenga en los próximos años con crecimientos a dos dígitos. De acuerdo con la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, las ventas en línea registraron un incremento del 79,6% en el tercer trimestre de 2021, con respecto al mismo período de 2019, es decir, antes de la pandemia.
Focos de cambio en el Sistema Moda
La digitalización, la conectividad y la inteligencia artificial están marcando la pauta de los avances tecnológicos en el comercio mundial. De esto hablamos en este artículo sobre el Metaverso y las oportunidades para los negocios. En paralelo a esta nueva realidad (virtual) que se aproxima, los tres principales focos de transformación para el sector pueden resumirse en los nuevos modelos de negocio y consumo centrados en la personalización; productos diseñados y fabricados a la medida y a gusto del comprador, dinámica en la que el comercio minorista está sacando un gran provecho de las plataformas digitales.
Por otro lado, para enfrentar los desafíos del futuro no tan lejano, la industria textil busca hacer más con menos. La llamada “revolución de los materiales”, caracterizada por una creciente inversión en el desarrollo de materiales híbridos, reciclados y eco-amigables, muestra una ruta clara hacia la sostenibilidad como valor transversal a toda la cadena productiva. Además, los clientes buscan transparencia en la procedencia, costos y materiales de los productos, para lo cual el Blockchain (tecnología que permite la trazabilidad del origen y verificación de un producto o servicio, con base en cadenas de información abiertas) empieza a cobrar protagonismo en la industria.
En cuanto a al uso de tecnologías basadas en realidad virtual y realidad aumentada, son muchas las casas de moda que ya han comenzado a hablar sobre sus planes de inversión y expansión el metaverso, para vender sus diseños, formar tiendas e, incluso, promover espacios comerciales como el Metaverse Fashion Week, desarrollado por Decentraland, una plataforma que integra el blockchain y la creación de entornos virtuales para el comercio (entre miles de cosas). En este universo virtual los negocios se hacen en Bitcoins y otras monedas virtuales.
Optimismo hacia el futuro
El comportamiento general del mercado de la moda en Colombia permite visualizar lo que viene con optimismo. En 2021, las exportaciones del Sistema Moda del país superaron las expectativas y registraron un crecimiento del 47% tanto en valor como en volumen, cerrando el año con la cifra de ventas internacionales más alta de los últimos 5 años.
Las telas y tejidos fueron el principal insumo exportado a mercados internacionales, liderados por Estados Unidos (país receptor del 47% de exportaciones), Ecuador, México, Perú y Costa Rica, representando un 12% del total de exportaciones. Les siguen en participación de mercado las fajas y ropa de control, con un 10%, y los cueros en bruto y preparados, con 8%.
La reactivación económica durante el 2021, luego de la desaceleración producto de la pandemia, ha dejado para este sector un crecimiento en el consumo de prendas de vestir de un 53%, frente a 2020. El 52% de estos gastos se hizo en vestuario, el 19,1% en artículos y accesorios personales y el 12% en calzado.
Además del buen presente, este optimismo puede mantenerse de cara a los próximos años. Según datos de Statista, con análisis de ProColombia, la proyección del gasto en moda en Colombia para el año 2025 será de 3,48 millones de dólares. Esto, sumado al posicionamiento del país como referente de competitividad y líder regional de esta industria, permite prever un panorama de grandes oportunidades, no sólo para las grandes empresas, sino para los pequeños negocios que le apuestan la innovación.
En la era digital, el tiempo pasa muy rápido. Para desactualizarse y quedar rezagado sólo bastan un par de años. ¡Prepárese para seguir compitiendo en un mercado que está en plena transformación! Lo invitamos a conocer todos los detalles de este análisis, en la siguiente infografía.